
Seguros
Unas ideas básicas
Hay que tener claros tres conceptos: propietario, tomador y conductor.
- El propietario es el dueño del coche, su nombre aparece en el permiso de circulación.
- El tomador es la persona que tiene las obligaciones legales derivadas de la firma del contrato del seguro.
- El conductor es el protagonista de nuestra historia. Los dos datos más importantes y sobre los que se empiezan a formular una propuesta de contrato son:
- La edad del conductor, si es mayor o menor de 25 años
- La antigüedad del permiso, considerando novel al conductor con menos de 2 años de experiencia.
- También se tendrá en cuenta los siniestros en años anteriores.
Tipos de seguros
Las compañías aseguradoras tienen distintas configuraciones de coberturas, pero las más reconocidas por el público en general son, a muy grandes rasgos: terceros, terceros combinados y todo riesgo.
- Las pólizas a terceros incluyen la responsabilidad civil obligatoria (la ley obliga a tener contratado este tipo de seguro como mínimo para poder circular con un vehículo), la responsabilidad civil suplementaria (opcionales) y generalmente un seguro del conductor.
- Terceros combinado significa que a todo lo anterior se le añaden unas coberturas suplementarias (una o varias). Las que normalmente se ofertan son: seguro contra robo, seguro contra incendio y reparación de lunas.
- El seguro a todo riesgo es la modalidad que más imprevistos cubre, además de las responsabilidades civiles (obligatoria y suplementaria), el seguro básico de conductor y las tres coberturas mencionadas. Ésta póliza agrega los daños propios sin contrario, es decir, la posibilidad de dar parte sin necesidad de haberse visto envuelto en un accidente.
Las aseguradoras tienen paquetes combinados que no se ciñen exclusivamente a los tres explicados anteriormente, si no que generan multitud de combinaciones con extras que se ajustan mejor a las necesidades del cliente. De este modo podemos encontrar distintos niveles de seguros a todo riesgo, desde los más básicos a otros más específicos especialmente diseñados para conductores experimentados, u otros con coberturas exclusivas. Ejemplos de estos últimos pueden ser los seguros notoriamente ampliados, vehículos de sustitución, aportes económicos para adaptación de vivienda y/o vehículo en caso de incapacidad permanente, subsidio por retirada de permiso e indemnización por inmovilización, etcétera.
Las compañías también cuentan con unos añadidos con los que generan combinaciones para que los seguros básicos sean más atractivos con respecto a los de otras empresas y que en todo caso son incluidos en las pólizas de mayor cobertura. Es evidente que cada aseguradora crea los extras que más le conviene pero los más comunes son la asistencia en carretera, seguro de robo, incendio y rotura de lunas, defensa jurídica, reclamación de multas, seguros ampliados para el conductor y acompañantes y riesgos extraordinarios (terrorismo, desastres naturales).
Seguros con franquicias
Existe una modalidad especial de seguro que es el franquiciado.
Contratar una franquicia supone una rebaja en el precio final del seguro. La franquicia se aplica sobre los primeros X euros de la indemnización y sobre todos y cada uno de los siniestros.
Para entenderlo mejor, pondremos un ejemplo:
Supongamos un seguro que cuesta 900 euros. Pues bien, por la contratación de una franquicia de 400 euros el seguro pasa a costar 600 euros (no siempre el precio final del seguro es el resultado exacto de esa resta: precio normal del seguro menos franquicia).
En caso de un siniestro, los primeros 400 euros del coste del arreglo (franquicia) van a cuenta del cliente y el resto hasta completar la cuantía, irá a cargo de la aseguradora.
Si la reparación es de 750 euros, el usuario pagará 400 euros y la compañía 350 euros. Si el coste es de 200 euros, la aseguradora no aportará nada. En un siniestro con derecho a una indemnización de 2300 euros, la compañía entregará 1900 euros al usuario.
Es importante saber que sólo se aplica una franquicia por siniestro. Si en un mismo accidente se producen daños en un lateral y en la parte trasera, ambas reparaciones se unen en una cuantía final. Algunas empresas, para rebajar el coste final, tramitan varias franquicias por siniestro. En nuestro ejemplo, sería una franquicia por el lateral y otra por la parte trasera. Pues bien, este comportamiento no es correcto bajo ninguna circunstancia.
Por otro lado, no se pueden juntar varios siniestros en uno. Algunos usuarios aprovechan para dar un parte global sumando pequeños desperfectos, tales como arañazos y leves abolladuras. La compañía, en este caso, aplicará una franquicia por cada desperfecto, ya que en su conjunto no han sido causados por un mismo siniestro.
Bonificaciones
Cuando se contrata un seguro, otro dato a tener en cuenta es el sistema de bonificación. En general, en todas las compañías funciona de la misma forma que consiste, básicamente, en considerar tres franjas de siniestralidad:
- La zona de los "buenos" premia al usuario por no dar partes como culpable, aplicando un descuento sobre la tarifa.
- La zona de los "malos" aplica un recargo por ser cliente culpable de varios siniestros.
- En la zona "neutra", la tarifa se mantiene y depende de los baremos de cada compañía.
Así, hay aseguradoras que estiman que más de un parte culpable al año es sinónimo de mal conductor y con un solo parte, puede mantenerse en la franja neutral.
Otro factor importante es el vehículo que pretendemos asegurar. Todas las compañías tienen unas tablas que aplican sobre las características del vehículo. Por ejemplo, si el coche tiene 10 años, lo más probable es que ninguna compañía te permita asegurarlo a todo riesgo. Un coche con mayor cilindrada tendrá una prima más cara.
En este afán por medir el riesgo (para la aseguradora) y repercutirlo en la póliza, algunas compañías incluso se fijan en el color de la carrocería ya que existen estudios que señalan la elección del color como un reflejo de la personalidad del conductor. Así, un coche rojo hablaría de una conducción agresiva.
Viajar al extranjero
Si quieres viajar al extranjero debes pedir a tu compañía lo que se conoce como "carta verde", que no es más que un documento que certifica que el coche dispone del seguro de responsabilidad civil obligatoria.